En incontables ocasiones se han referido al Taller de Audiovisuales como “Los ojos del Campo de Trabajo” pero nunca se ha descrito lo que ello supone en el día a día de los jóvenes del taller. Así que para comprender un poco mejor nuestro trabajo, es la hora de ponerse en la piel de un reportero ¡Vamos allá!
6:00
Seis de la mañana: Suena el despertador, sólo quieres dormir cinco minutos más que, como por arte de magia, se convierten en treinta, y al final acabas corriendo enfundándote tus botas con calcetines diferentes porque llegas tarde.
8:00
Ocho de la mañana: Toca el trabajo de campo, es hora de quitarse las legañas de los ojos e ir visitando cada taller, recogiendo cada detalle de su día a día. Entrevistas, vídeos, fotos, redes sociales, blog… Todo debe estar listo para cuando acabe la jornada, así que cuanto antes recojamos la información más tiempo tendremos para pulirlo.
10:00
Diez de la mañana: El grito más esperado de la mañana ¡El desayuno! Inmediatamente todos los componentes de nuestro Campo de Trabajo dejan las cosas que están haciendo para disfrutar de un buen bocadillo y un fresquito vaso de zumo. Es el momento de relajarse y de tomarse un respiro.
12:00
Medio día: Quedan dos horas para acabar la jornada, y las entrevistas están a medio pasar, el blog no está terminado, las fotos están a contra luz, los vídeos no encajan y, para colmo, el internet no funciona. El estrés se apodera de nosotros, ves a la gente tecleando como locos, otros armando vídeos, escuchando y editando entrevistas… ¡Todo ha de estar listo, los seguidores de este Campo, así como los propios chicos, tienen que ver su avances!
14:00
Dos de la tarde: La magia surgió en el taller y, en el último momento los vídeos encajaron, el blog se terminó, la revista pasó una nueva página, la radio comenzó a funcionar, los efectos arreglaron las fotos… ¡Todo listo! Salvo quizá el internet, pero es que él tiene su propio ritmo. Es la hora de comer, de volver a casa, y de recordar todos los momentos increíbles vividos en un día más de este Campo.
¿Te atreverías?