UNA ECOLOGÍA DEL SER HUMANO
Este es otro verano en el que nos encontramos entre diversas culturas, países y lenguas gracias al trabajo colaborativo en nuestra granja, o mejor dicho, nuestra «eco-granja».
Este verano contamos, como en años anteriores, con la participación de jóvenes de otros países como son: Colombia, Senegal, Brasil, Argentina, Alemania y de diferentes zonas de la geografía española (Barcelona, Madrid, Cuenca y Canarias).
Un año más en el que venimos abiertos a nuevas experiencias, pues cada persona es una riqueza por descubrir para los demás y para sí misma. Esto sólo es posible de alcanzar cuando compartimos emociones, sentimientos y valores. Al mismo tiempo es una oportunidad de ofrecer lo que tenemos, lo que llevamos dentro, y que de alguna manera nos hace sentir que hay más satisfacción en dar que en recibir. Eso, a mi parecer, sería lo que la naturaleza nos ofrece constantemente, se brinda a darnos lo que tiene, lo que posee, o lo que puede aportar a nuestro desarrollo y a nuestra sostenibilidad.
Este podría ser uno de los motivos por los que, de alguna manera, sin ser del todo conscientes nos hace encontrarnos en estas fechas. Los talleres que realizamos cada año y que giran en torno a la educación ambiental, la agricultura sostenible, el ámbito de la bioconstrucción, la alimentación sana en el laboratorio de la cocina, los medios audiovisuales, las energías alternativas, etc. sólo son un medio para poder llegar a un destino «encontrarnos con el otro y con uno mismo», para que, juntos, experimentemos que podemos ser capaces de contribuir a un mundo mejor y más sostenible, es decir, desarrollar una «Ecología del Ser Humano». Ser conscientes de lo que nos rodea, para poder descubrir, desde la libertad, el compromiso de que nuestra presencia no debe ser solo pasiva, sino al contrario, activa, y así poder contribuir a un mundo más sostenible.
Desde una participación en los diferentes talleres, hasta el poder reflexionar juntos partiendo de las diversas necesidades y fortalezas, para poder llegar, como resultado de estas reflexiones o Prácticas Colaborativas, a planteamientos más serios y comprometidos al desarrollo de propuestas dirigidas a dar nuevas soluciones a los individuos, grupos o comunidades. Esto lo hemos planteado a través de la creación de eco-inventos en los talleres.
Como cada verano, es una invitación a seguir caminando hacia el Cuidado, cada vez con un aspecto más transcendente, más hacia el otro, teniendo una mirada con mayor dedicación y compromiso a los más vulnerables de nuestra sociedad, hasta llegar a un concepto del cuidado más ecológico. «Cuidar sin dejar de Cuidarnos», porque en la medida que aprendemos a cuidarnos (tanto interna como externamente) es cómo podremos Cuidar desde una visión más integral.
Javier Perdomo Torres
Director Territorial de Canarias